Los buenos matrimonios implican un permanente dar y recibir. Cuando la pareja se siente parte del mismo equipo ve, como algo normal, el trabajar juntos por el bien de su relación.
La causa primordial de relaciones infelices, no son los conflictos el problema, sino cómo nosotros los manejamos. Descargar la ira, constructivamente, puede hacer realmente maravillas para aclarar las cosas y conseguir el equilibrio de nuevo en la relación. Sin embargo, los conflictos llegan a ser un problema cuando se caracterizan por la presencia de cuatro actitudes a saber: la crítica, el desprecio, la defensa, y el encierro.
1. Crítica
La crítica implica el atacar la personalidad o carácter de tu pareja, en vez de enfocarte en la conducta específica que te molesta. Es saludable ventilar los desacuerdos, pero no lo es el atacar la personalidad ni el carácter de tu cónyuge en el proceso. Es la diferencia entre decir: "Estoy molesto porque no sacaste la basura" y decir, "Yo no puedo creer que no sacaste la basura. Eres tan irresponsable". En general, las mujeres tienden a utilizar esta actitud más a menudo en los conflictos.